jueves, 4 de diciembre de 2014

Orientación a Resultados: Las 3 Fuerzas

"No solo envejecemos por el paso del tiempo. También por abandonar nuestros ideales. Los años arrugan la piel, pero perder el entusiasmo arruga el alma."

A lo largo de mi vida profesional, en la que por mi trabajo de consultor, he tenido la suerte de pasar por decenas de empresas y conversar con cientos de personas. He escuchado, de manera recurrente, muchos comentarios que me hacían recordar esta frase de Samuel Ullman.

Uno ve todos los días a cientos de jóvenes envejecer en sus almas, ya que se les pasan los años en trabajos que no los llenan o muy lejos de hacer aquello que soñaban en años pasado cuando las ilusiones le ganaban la batalla a la realidad.

Tener Éxito en la Vida tiene que ver con la felicidad, con disfrutar el viaje a lo largo de los años que nos toque estar aquí. Habrá altas y bajas, momentos dichosos y momentos difíciles, pero uno debería llegar a sus últimas horas sintiendo que su vida fue un éxito, pues logró lo que se propuso y porque la vivió con suficiente entusiasmo y alegría.

Como he repetido varias veces, ser exitoso depende de lograr resultados. Cualquier resultado que sea el que nos hayamos propuesto. La definición de ese resultado podrá variar de persona a persona, pero eso no importa. Solo importa que cada quien alcance su propia meta y disfrute el proceso - con todo y sus dificultades.

Pero el mundo real parece estar alojando un espíritu diferente en algunas personas. La buena noticia es que eso tiene solución.

Lee aquí también "Una Reflexión: ¿Fracasé si a los 40 no soy quien esperaba ser?"

El tema central es: no puedes tener éxito sin resultados y no podrás tener resultados si alguna de estas TRES FUERZAS NUCLEARES falla:

Entusiasmo por lo que haces


La Real Academia de la Lengua Española hace varias definiciones de "Entusiasmo". Me quedé con esta: "Entusiasmo (m.) = Adhesión fervorosa que mueve a favorecer a una causa o empeño"
Las 3 Fuerzas de la Orientación a
Resultados actúan en simultáneo.
Si una falla, las tres fallan

¿Por qué elegí esta? Simplemente porque me gustan alguna palabras poderosas que posee. La primera es "fervorosa", que es parecida a "ardiente". Es decir, estamos hablando de una fuerza interna de "sangre caliente", de mucha vida, de pasión por algo.

La segunda palabra es "que mueve". Llama a la acción. Si algo te apasiona o te entusiasma y no te mueve a hacer nada al respecto, pues probablemente no sea cierto que te apasiona. O, en todo caso, deberás ir a entender por qué, si haces algo que te apasiona, podrías haber perdido el entusiasmo.

Y tercero el "favorecer una causa". Es decir, estar a favor de algo; apoyar activamente algo; ser parte de algo.

Si uno tiene estos sentimientos hacia su trabajo o cualquiera sea la actividad que esté desarrollando, la cantidad de energía que le dedicará aumentará tremendamente la probabilidad de obtener un resultado exitoso.
Si a lo anterior le sumamos el hecho de que recientes estudios aseguran que existe una muy alta correlación entre aquello que nos apasiona y aquello para lo que tenemos talento, pues el círculo virtuoso es poderoso. Nos gusta y somos buenos para ello. Se nos hace fácil hacerlo bien. Bingo!

Pero, la realidad nos dice que muchas veces, el entusiasmo se pierde.
La próxima semana publicaré un artículo sobre entusiasmo y motivación.

Ser parte de un Equipo Sano, que te complemente


En repetidas ocasiones he indicado mi opinión de que "ningún hombre es una isla" y la posibilidad de lograr resultados está íntimamente ligada a la calidad de nuestro equipo de trabajo.
Ahora, por calidad, me refiero más a la calidad moral (capacidad de servicio, generosidad, ética) que a la calidad técnica (conocimientos, experiencia) de sus integrantes. Y es que la incompetencia moral de un grupo genera una cultura de trabajo totalmente opuesta a la de una persona Orientada a Resultados. ¿Recuerdas la "Trampa de la Orientación a Resultados" que mencioné en este artículo pasado? Ocurre que, cuando miembros de tu equipo caen en ella, se deterioran las relaciones y se deteriora la motivación de las personas correctas y exitosas, haciendo que dejen de disfrutar el viaje y, por lo tanto, se alejen de sus propias definiciones de éxito.

Próximamente publicaré un artículo sobre cómo Mejorar el Clima Laboral en un entorno de trabajo difícil y adverso y, por lo tanto, mejores tus resultados y tu motivación

Metas cuantificables



Arnold Toynbee decía: "La apatía puede vencerse con entusiasmo y el entusiasmo se levanta con dos cosas: primero, un ideal que haga explotar la imaginación y, segundo, un plan claro y detallado que permita traer a la realidad aquel ideal." Yo solamente le sumaría el concepto de equipo mencionado antes, pero estoy de acuerdo con los dos puntos que él plantea.
Para ser exitoso en la vida, necesitamos una chispa interna que nos genere inquietud por hacer cosas. Una vez que surja ese ideal, esa meta, debemos hacer un plan para alcanzarla.

El problema es que, en general, no definimos metas reales, ni hacemos planes útiles para alcanzarlas.
La mayoría de las personas se quedan en cosas como "me gustaría cambiar de trabajo" y nunca definen ¿cuándo?, ¿qué tipo de trabajo me haría feliz?, ¿cuáles son los pasos que voy a seguir para que ese cambio se haga realidad?.

Tendemos a quedarnos en la queja: "odio mi trabajo", "esto no es para lo que estudié", "no soporto a mi jefe", "siento que puedo dar más en otro lado" y un infinito número de etcéteras. Pero, nuevamente surge la falta de cuantificación: ¿cuándo?, dame la fecha exacta que te has trazado como límite para realizar el cambio de trabajo o para proponer ese proyecto innovador en tu empleo o para hacer lo que sea que consideres urgente. ¿Qué pasos voy a seguir? ¿Qué sueldo me dejaría contento?
Obviamente, lo anterior no aplica solo para temas laborales. En este artículo sobre autoestima titulado ¿Puedo levantar mi Autoestima yo solo? menciono que una de las principales claves del control de tu autoestima es la salud personal (buena alimentación más ejercicio regular). Pues muchas personas le dan miles de vueltas a la necesidad de empezar a hacer ejercicio y comer más sano, pero no definen fechas, objetivos de peso, de distancia a correr o, al menos, de lo que quieren ver en el espejo para sentirse felices.

Quisiera cerrar este post, diciendo que si una meta no tiene un objetivo de tiempo, cantidad o cualquier magnitud medible, pues será sencillamente inalcanzable y por lo tanto, será imposible que logremos resultados.

Cambiemos nuestra mentalidad y nuestra manera de hablar. 

En lugar de volver a decir "voy a hacer todo lo posible por lograr tal cosa", empecemos a decir "voy a lograr tal cosa específica". Tratar es tratar y es muy diferente a "lograr".

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Un abrazo

Esteban





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