Antes de responder a esta pregunta de gran relevancia, quisiera yo hacerte algunas preguntas más personales a ti y, quisiera pedirte que las vayas respondiendo en tu mente, mientras vas leyendo este artículo.
Lee aquí la primera parte de este artículo sobre Proactividad
Cuestionario de Autoanálisis
Entonces, ¿puede cualquiera ser PROACTIVO?
La respuesta enfática es SI. Todos podemos ser proactivos. ¿Por qué lo sé? Pues, porque los principios básicos de la proactividad existen en cada uno de nosotros por igual y son muy difíciles de quebrantar por otros, por más opresores que estos sean:
Lee aquí la primera parte de este artículo sobre Proactividad
Cuestionario de Autoanálisis
- ¿En general, tus pensamientos y sueños están alimentados por tus propios ideales y esperanzas y no existe nadie que te obligue a pensar o sentir algo que no quieres?
- Cuando fuiste niño o niña ¿inventaste alguna vez algún juego, de cualquier tipo, cuando estabas aburrido y no había nada mejor que hacer? - En los 80s y antes no había internet, videojuegos en línea, ni cable como ahora.
- ¿Sientes que posees un grado suficiente de inteligencia y preparación como para resolver determinados problemas cotidianos de tu entorno laboral y personal?
- ¿Te consideras una persona correcta y con valores?
Bueno, si respondiste que sí a alguna de estas preguntas (o a todas) pues te tengo buenas noticias. Si tu respuesta fue "No" a las 4 preguntas, te sugiero que leas profundamente este artículo "¿Qué te aleja del Éxito en la Vida?" y cuando termines vuelvas a contestarlas.
Entonces, ¿puede cualquiera ser PROACTIVO?
La respuesta enfática es SI. Todos podemos ser proactivos. ¿Por qué lo sé? Pues, porque los principios básicos de la proactividad existen en cada uno de nosotros por igual y son muy difíciles de quebrantar por otros, por más opresores que estos sean:
"La Proactividad está en función a cuánto uso hacemos de nuestra propia Libertad, para crear, para dar y para respetarnos" |
- Libertad. En principio, somos gente libre. No somos esclavos. Podemos decidir qué hacer y qué no hacer. Podemos elegir la manera en que reaccionamos ante las circunstancias de la vida y a nuestros propios aciertos y errores. Somos libres de pensar y de generar ideas que puedan cambiar la situación en que estamos y mejorarla, llevándonos al éxito profesional y personal.
- Poseemos imaginación. ¿Recuerdas cuando era niño? Probablemente no, pero si has visto alguna vez a un niño jugar verás que es capaz de imaginarse las cosas más increíbles y alucinantes. Todos los niños lo hacen y todos hemos sido niños. Entonces, si tuvimos imaginación para idear y crear alguna vez, la seguimos teniendo hoy. Solamente tenemos que tomar la decisión de utilizarla. Haz el intento y verás que eres capaz de generar ideas.
- Respeto hacia uno mismo. La proactividad nos lleva a proponer, a mejorar lo que nos rodea, a cambiar aquello que consideramos equivocado. Si te respetas a ti mismo, harás todo lo posible por ser el mejor tu que puedas ser. Todos queremos y merecemos respeto y el primero que tiene que entregarnos ese respeto, es uno hacia sí mismo. Eso lo posees, es tuyo. Depende de ti utilizarlo o no.
- Ser buenas personas: La abrumadora mayoría de nosotros es gente buena, gente que quiere hacer el bien y que no quiere hacer daño a nadie. Somos personas que deseamos que lo que nos rodea y quienes nos rodean estén mejor. Con eso en mente, ponernos de pie e impulsar que ciertas circunstancias cambien es posible.
Dado que la vida de todos nosotros tiene en algún lugar de sus fundamentos estos pilares importantes, el potencial de ser alguien proactivo y por ende, alguien que tiene éxito en la vida, está allí para todos por igual.
Solo depende de ti explotarlo
¿Cómo me vuelvo proactivo entonces?
Stephen R. Covey en su libro Los 7 Hábitos de la Gente Efectiva ha profundizado y explotado más que prácticamente nadie el concepto de la proactividad. De hecho, es el primero de los siete hábitos. Te sugiero leerlo, pues es una lectura inspiradora y enriquecedora.
Sin embargo (y sin estar en desacuerdo) yo hago un planteamiento alternativo al de Covey, que creo que puede ser llevado rápidamente a la práctica, para volverte proactivo:
- Toma la decisión de No ser una Víctima de la Vida. (Mientras planeaba este post, quería escribir aquí que el primer consejo era dejar de ser un llorón que le echa la culpa al resto, pero me sonó un poco fuerte, así que lo cambié)
- Para poder ser proactivo, si no lo eres, debes identificar en ti el problema – porque el problema es tuyo, no del entorno o de otras personas. Lo que pasa en la vida es consecuencia de tus propios actos.
- Tras aceptar que te estás haciendo la víctima, abraza fuertemente el concepto de hacerte responsable de tus actos y decide cambiar. Volverás a ser libre, ya que tendrás control sobre lo que te pasa, ya que solo dependerá de ti y no del entorno, nunca más.
- Encuentra en tu trabajo y en tu vida aquello que no funciona y cámbialo.
- Vamos, tú sabes perfectamente bien qué cosas pueden hacerse mejor, cambiarse o replantearse en tu trabajo.
- No solo lo que te toca a ti, también lo que hace tu jefe o tus compañeros.
- Dado que sabes que hay cosas que pueden cambiarse, identifícalas.
- Esto aplica también en tu vida personal y familiar. Es fácil echarle la culpa a otros, recuérdalo, pero siempre hay cosas que tú puedes hacer y proponer para que todo tu entorno mejore.
- Utiliza tu imaginación y genera 2, 3 o 4 ideas para mejorarlas.
- Llegó la hora de desempolvar nuestra imaginación, dejada de lado desde nuestra más feliz infancia.
- Anota tus ideas y prepárate para ser proactivo
- Anda donde tu jefe y preséntale el caso.
- Hazlo de manera empática, pero directa. Dile que has identificado algunos problemas o cosas que consideras que no se están haciendo bien y tienes algunas ideas para mejorarlas.
- Plantéale las ideas que creaste con tu imaginación y conversa con él/ella para ver qué se puede hacer.
- ¡Escucha! Tu jefe o aquella persona a quien le propusiste tus ideas tendrá una reacción. Podrá aceptar o no tu propuesta, pero te dará razones. ¡Debes escucharlas!
- Nunca te desanimes si tus propuestas no fueron aceptadas.
- Recuerda que podrían no ser lo suficientemente buenas o, si sí lo son, podría no ser un momento oportuno para implementarlas.
- Debes siempre preguntar qué es prioritario y oportuno, para tener información que te permita volver a tu trabajo, utilizar tu imaginación de nuevo y proponer nuevas ideas.
Es importante saber que proponer algo, dejar de ser víctima, así como hacerse responsable una sola vez, como hecho aislado, NO TE HACE PROACTIVO.
La proactividad es una hábito, una forma de vida.
Tú decides!
Un abrazo
Esteban
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Un abrazo
Esteban
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