El título
del artículo es sugerente, ya que combina 3 elementos y 5 claves que
aparentemente no tienen nada que ver entre sí, sin embargo, como irás viendo a
lo largo del texto, están estrechamente vinculados.
Ellos me llevaron a escribir este artículo.
Navidad
Bueno, no
hace falta explicar nada en relación a esta fiesta cristiana, celebrada en la
mayor parte del mundo, en especial, en las naciones que poseen dicha fe, concretamente en Hispanoamérica.
La celebración se realiza, según Wikipedia desde hace más de 1650 años en el mundo cristiano. Si bien su finalidad
religiosa ha dado paso a un boom comercial en todo el mundo y el foco de
dicha celebración cambió, algunos principios básicos siempre han estado allí.
En general,
se le reconoce por ser un momento de celebración familiar, donde se busca
ahondar en los valores vinculados a la generosidad, la sana convivencia, la
familia, la tolerancia y el respeto por los demás.
Creo que
eso es algo sano.
Nota personal: Este blog
declara su máxima apertura a cualquier pensamiento, fe, ideología, posición
política, preferencia deportiva u otro frente de discusión vinculado a la libre
elección de las personas.
Este blog busca fomentar el pensamiento racional y la
búsqueda de la superación personal y es neutral en todas esas discusiones.
Hago esta
aclaración, ya que no pretendo polemizar sobre la conveniencia o no comercial
de estas fiestas, sobre la veracidad de la fecha en relación a lo que celebra,
ni mucho menos meterme en asuntos de la fe.
Navidad en la ciudad de Nueva York, EE.UU. Probablemente una de las más impresionantes del mundo |
La única
razón por la que incluyo a la Navidad – fecha que me encanta y mi
celebración favorita del año – es porque estamos a pocos días de celebrarla y
porque el último fin de semana me ocurrió algo particular, que motivó
parte de lo que escribo aquí.
Como venía diciendo, la Navidad recoge y fomenta ciertos valores. Uno de ellos
tiene que ver con la sana convivencia, la generosidad y la tolerancia.
Específicamente,
para que todo lo anterior exista debe existir Respeto.
Más
adelante en este post hablaré sobre las 5 Claves para construir Respeto, pues considero que este valor es un eje central en la sociedad.
El
Incidente del Supermercado
Como iba
diciendo, el último domingo me ocurrió algo que motivó la escritura de este artículo. Como a las
8 de la noche fui al Supermercado que está cerca de mi casa,
para comprar algo de comer, para mí y mi esposa. Mis dos hijos ya dormían.
Normalmente no hay muchas personas en el supermercado un domingo por la noche. Hoy sí.
Había bastante gente. Si bien no era para volverse loco, había muchas personas.
Llegué en
mi automóvil y fue relativamente difícil encontrar estacionamiento. Luego de un par de
vueltas, logré hallar un sitio casi en el final del Estacionamiento. Caminé
bastante, llegué al supermercado, compré lo que tenía que comprar. Me olvidé
del queso, volví por el queso, fui a la caja, pagué y me fui. No me tomó más de
treinta minutos toda la vuelta, con olvidada de queso y todo.
Un Mercedes hizo su aparición
Pues bien,
en lo que salgo del supermercado, veo acercarse un automóvil Mercedes Benz, muy
bonito – me encantan los Mercedes y espero tener uno algún día – que se dirigía
hacia mí. A pocos metros de donde estaba yo parado, estaba la zona de
estacionamiento reservada para minusválidos o discapacitados.
Protesta en Portugal, donde un grupo de gente estacionó sillas de ruedas en los puestos regulares de estacionamiento en una concurrida zona de la ciudad |
Pues bien, el chofer del Mercedes no dudó un segundo y fue directamente a estacionarse en dicho
lugar, lo cual está prohibido por ley, a no ser que, efectivamente, tengas
algún tipo de discapacidad.
Pensé,
dentro de mi mente, que vería bajarse a alguien con algún tipo de lesión. En
general, un Mercedes Benz es un vehículo caro y uno espera que quien lo maneja
tenga buena educación. Al final, si puede pagar tanto por un vehículo, pues
debería invertir en su educación, ¿verdad?
Grande fue
mi sorpresa cuando vi sentada en el volante a una elegante señora, regia ella, de unos
cuarenta y pico años, con su hija, regia ella también, quienes se
estacionaron, sin vacilar un segundo, en la zona prohibida.
Mientras me dirigía lentamente a mi vehículo, observé esperando notar si alguna de las
dos tenía alguna complicación que justifique el estacionamiento en la zona
reservada, pero no.
La señora bajó del vehículo vestida con su moderna ropa deportiva, mientras que
la hija se unió a la madre sin quitarle nunca la vista a su Smartphone.
Lamentablemente, ningún
encargado del estacionamiento se les acercó para llamarles la atención.
La
reflexión que me trajo este incidente no está relacionada a la infracción en sí
misma.
Mi reflexión tiene que ver con lo que sentí en ese momento: Gran Indignación. Me acerqué a llamarle la atención a la señora, quien, como suele suceder
en estos casos, respondió con alguna grosería, dirigiéndose rápidamente al interior
del centro comercial. Mi molestia aumentó más, pero no hubo mucho más que pudiera hacer.
Pensé en
tomarle una foto al vehículo, subirla a una de esas muchas páginas de Facebook
en las que publican fotos y hacer un mini-escándalo. Sin embargo, empecé a
reflexionar, sobre lo inocuo de esas acciones.
Siempre
pensamos en cambiar el mundo, pero lo que buscamos es cambiar a los demás. Ese
es el problema. Es muy complicado
cambiar a alguien sin su consentimiento y sin su convicción.
Yo podría
haber logrado que esa señora salga de la zona reservada, pero al día siguiente,
ella lo volvería a hacer sin dudarlo, pues su convicción es egoísta.
Las páginas
de Facebook al respecto, tienen la mejor de las intenciones, la de generar
conciencia y hacer reflexionar a la gente, pero eso es complicado.
Entonces,
¿qué?, ¿está todo perdido? Pues no.
Justamente, mi reflexión vino por este
lado. El punto de partida, tanto del valor del respeto, como de cualquier otra virtud o
valor, está en uno mismo.
La mejor manera de contribuir es la de decidir
internamente ser una persona que respeta a los demás.
Y aquí
surge la segunda pregunta, ¿qué es el respeto?
El incidente de Greenpeace
Hace un par
de semanas, surgió una polémica muy fuerte en Perú, donde se celebró una de las
Cumbre Climáticas y Ambientales más importantes del Mundo, la COP20.
Durante la
Cumbre, un grupo de Activistas de la Organización Ecologista “Greenpeace”
irrumpió en la zona arqueológica protegida de las famosas Líneas de Nazca, para
montar un mensaje escrito en la arena, junto a una de las figuras más emblemáticas
y, a través de un Dron, fotografiaron el mensaje.
Foto de la polémica: Greenpeace sacó esta foto en la zona arqueológica reservada de Nazca, Perú |
Hasta allí,
todo bien. El problema radica que, según las autoridades peruanas, ese ingreso
se produjo sin permiso, sin utilizar los medios adecuados que protejan el
patrimonio arqueológico y sin prestar el cuidado debido.
El resultado fue el
daño de la zona protegida y de una de las líneas.
Quiero
insistir que este blog no pretende juzgar a Greenpeace como organización, ya
que no es mi finalidad. Aquí no se habla de ecología, ni de negocios, ni de
preferencia políticas, ni de nada de eso.
Mi opinión sobre el caso y sobre
Greenpeace como organización es irrelevante para efectos de esta publicación.
El punto
central tiene que ver con el alcance de la palabra Respeto: ¿Cuál es el significado de Respeto? Ya que se trata
de una organización que presenta una lucha válida por el respeto al patrimonio
natural, la vida y la ecología, resulta paradójico que no hayan prestado la
misma rigurosidad para el cuidado del patrimonio arqueológico de
una nación que es especialmente orgullosa de su pasado y su legado histórico.
Greenpeace
y nuestro día a día
Anoto el
caso de Greenpeace, insisto, no con la finalidad de analizarlo o juzgarlo, sino que lo
hago para extrapolar esa paradoja a nuestro día a día y conocer mejor el concepto de Respeto.
Conozco
personas que se declaran respetuosas de los ancianos o las mujeres, por
ejemplo, pero no respetan a personas de otras razas o condiciones sociales.
El problema
es que uno no puede respetar a alguien dada una característica específica (como
el género, la procedencia, la raza o lo que sea), sino que uno debe respetar a
las personas por su sola condición de personas. Hacer clasificaciones del tipo
que sea, implica una discriminación en sí misma, con lo que pierde peso la autoproclamación de “Respetuoso”.
Ocurre lo
mismo con el caso de Greenpeace. No puedes tener credibilidad como defensor de
los derechos de alguien, si vulneras los derechos de otros, en otras disciplinas o frentes.
Esto me
lleva a la siguiente conclusión respecto de la pregunta: ¿Qué significa Respeto?:
Solo puede existir
respeto, si es que respetas la condición humana de cualquier persona. Es el
único respeto que es válido.
¿Se puede
perder el respeto por alguien?
Es una
pregunta compleja, pero válida. El respeto por la condición humana debe permanecer allí,
pero uno sí puede perder la confianza, la credibilidad o los sentimientos por
una persona.
Cuando las infracciones de otra persona son abominables, debemos
confiar en el imperio de la ley, ya que es esta la que nos permite ser
civilizados.
Nuestra
indignación puede – y con justicia – ser extrema a veces, pero nada justifica
que tomemos la ley bajo nuestras propias manos, aunque aguantarnos sea muy difícil en
ciertas ocasiones.
Lamentablemente,
los sistemas judiciales son imperfectos y en algunos lugares son tremendamente
deficientes, pero eso es parte de otro problema. El respeto es el respeto y las
normas deberían permitir regular a quienes las trasgreden.
¿Qué tiene que ver todo esto con el Éxito
Personal y el enfoque de Crónicas de Éxito?
¡Buena
pregunta!
Tiene mucho
que ver.
Veamos:
En este
blog buscamos promover que las personas ganen en autoestima, tomen las riendas
de su vida y, a través de descubrir sus pasiones y talentos, logren sus metas,
sean más felices y se consideren exitosos, a través del desarrollo de valores morales.
Sin el
respeto de los demás, desde una perspectiva profesional, ética y personal, es
muy difícil alcanzar nuestras metas y por lo tanto el éxito y la felicidad.
"Ningún
hombre es una isla"
Por lo
tanto, si queremos gozar del respeto de los demás, debemos partir por respetar
nosotros al resto, incondicionalmente, por su simple y llana condición de seres
humanos. ¡Esa es la única clave!
Los valores humanos son la clave de la ética y de la prosperidad de las personas.
Parece algo
sencillo y obvio, pero en realidad es algo muy poderoso.
Difícilmente,
una persona que falta el respeto continuamente al resto, logre ser reconocida
de manera sostenible en el tiempo. Sin duda, los hay. En las empresas, en
política y en otras disciplinas, pero son las excepciones.
Los verdaderos
líderes son reconocidos no solo por su capacidad intelectual y la consecución
de resultados, sino por su calidad moral, su acercamiento al resto y la coherencia de sus actos.
Cómo
construir respeto y obtenerlo de los demás.
Como
mencioné al inicio de este blog, uno no puede obligar a una persona a respetar
a otro si no lo desea. Cuando un mal jefe demanda de sus subordinados que lo
respeten, estos podrán hacerlo por miedo, pero no por convicción y esa es la
gran diferencia entre el Poder y la Autoridad. La última te la ganas y es
independiente de tu posición jerárquica o social. La primera te la da el puesto
y dura, mientras dures en el puesto. Luego, pierdes ambas.
En mi
opinión, existen 5 Dimensiones fundamentales para construir relaciones basadas
en el respeto con otras personas y, como dije, estas serán una piedra angular
en la construcción de nuestro camino al éxito a la felicidad.
Respetos
hacen respetos (1)
Esta frase
tan sencilla la escuché por primera vez cuando era un niño y jugaba fútbol con
mis amigos en un terreno vacío cerca de mi casa. En algún momento, se caldearon
los ánimos entre dos de los chicos de diferentes equipos por una jugada fuerte
y uno le habló mal al otro. Este último reaccionó golpeando al primero.
Luego
de una breve discusión, el que recibió el golpe preguntó: “¿Por qué me golpeas?”,
a lo que el otro respondió: “Respetos hacen respetos”, como dando a entender
que “si quieres que yo te respete a ti, comienza por respetarme tú a mí y no me
insultes”.
La frase quedó grabada en mi mente para siempre.
Hoy me
queda claro que, si quiero que una persona me respete, debo empezar por
respetarla yo.
Horizontalidad (2)
Este es un
concepto muy poderoso. Se basa en la premisa anterior de que “Respetos hacen
Respetos” y consiste en que, para poder respetar a alguien, debes verlo de
manera horizontal, directamente a los ojos.
Horizontalidad: todos somos iguales, todos somos personas. Esa sola condición nos hace tener la obligación de respetar al prójimo |
Nunca desde
arriba, nunca desde abajo. Siempre de manera horizontal.
Cuando
alguien ve a otro desde arriba, lo está menospreciando, se siente superior (o
siente al otro inferior, que es peor).
Antiguamente se decía “mirar a otro por
encima del hombro”.
De forma
análoga, aunque no tan obvia, cuando uno mira a alguien hacia arriba, se está
menospreciando a sí mismo, ya que considera que es menos o que está por debajo de
la otra persona.
Esto es un problema, ya que si yo me menosprecio, podría estar
dispuesto a comprometer mis valores por otra persona (a quien considero
superior) o podría comenzar a dañar seriamente mi autoestima.
Por lo
tanto, horizontalidad.
La horizontalidad nos permite mirar a los otros a los ojos. Luego, hacemos un esfuerzo por conocerlos más. ese esfuerzo te lleva a que encuentres temas e intereses en común. ¡Listo! El acercamiento se ha dado.
Conocí al Gerente de una empresa minera, que acababa de ser padre. Él conversaba siempre con uno de los jóvenes de la limpieza. ¿El tema? Ser padres. Resulta que la hija del muchacho de la limpieza nació pocos días antes que el hijo de dicho Gerente. Como existía respecto mutuo, conversaban siempre sobre las dificultades de ser padre, los retos y las ansiedades. Es un claro ejemplo de horizontalidad. En el trabajo habían marcadas diferencias jerárquicas, pero a las 3am con un bebé de 3 meses llorando, su vida era muy, pero muy parecida.
Todos somos iguales, sin importar credos, razas,
inclinaciones políticas, habilidades, coeficientes intelectuales, posición
socioeconómica, ni nada. Todos somos iguales.
Respétate a
ti mismo (3)
Está
vinculada a la dimensión anterior. Decíamos que es tan malo menospreciar a
alguien, es decir, mirarlo desde arriba, como mirar a alguien desde abajo,
considerándonos inferiores.
Uno tiene que tener muy claro quién es; sus
fortalezas y sus virtudes, así como los defectos y debilidades, pero debe darse
valor.
La autoestima es muy importante a la hora de relacionarnos con los
demás.
Una autoestima fuerte, pero controlada (sin pasar al lado de la
soberbia) es muy atractiva y es fundamental para empezar a respetar a los
demás.
La autoestima sana se transforma rápidamente en generosidad,
combustible de alto octanaje para las relaciones con las personas y para
construir autoridad y credibilidad.
Todos
podemos mejorar (4)
Es
importante tener siempre en mente que somos seres humanos. La perfección de
nuestra especie radica en que es imperfecta.
No pretendo entrar en filosofía,
pero es la realidad. Somos seres imperfectos y cometemos errores. Incluso las personas
de la más alta virtud han cometido errores y se han tropezado en sus caminos de
virtud.
El tema
central es que nuestra capacidad racional y nuestra ética nos pueden llevar a
aprender de nuestros errores y a mejorar estructuralmente.
Es decir, la gran
mayoría de nosotros ha perdido los estribos con alguien alguna vez o ha tenido
un altercado con una persona en alguna oportunidad. Muchas veces, la culpa
puede haber sido nuestra.
Pues bien,
no es el fin del mundo tampoco. Lo importante es saber recapacitar y analizar
lo ocurrido para aprender la lección del caso y trabajar en uno mismo para que
no se repita en el futuro.
Nadie es perfecto y la búsqueda de ser mejores
personas no termina nunca.
Entonces,
no nos desanimemos si es que hemos fallado en esto. Lo importante es que, si
están leyendo este texto y hace sentido para ti, ya diste un paso gigantesco de
cara a mejorar como persona.
No te enfoques en cambiar lo que no está en tus manos (5)
Aquellas
personas de naturaleza sanguínea, es decir, que tienen reacciones un poco más
emotivas y apasionadas ante ciertos estímulos (positivos o negativos) saben que
controlar la indignación que puede causar un caso como el de la señora en
Mercedes o cualquier otro atropello a la sana convivencia, es algo muy difícil
de lograr.
Muchas
veces esa rabia se queda dando vueltas en la cabeza, sin parar, generando más y
más malestar.
La mala
noticia que les tengo es que es poco lo que puedan hacer al respecto. Ni yo,
ni ustedes, ni nadie, puede cambiar a la demás gente sin su voluntad expresa.
Además, va a ser muy difícil. Lo más inteligente es dedicar todas nuestras
energías a cambiar aquello que sí está en nuestras manos: nosotros mismos.
Concéntrate
en mejorar tú mismo. Enfócate en desarrollar aquellas virtudes que sabes que no
tienes. No pierdas el tiempo con los demás.
Evidentemente,
aquellas personas con autoridad sobre otros o que ocupan puestos de liderazgo
importante, podrán tener mayores posibilidades de influir sobre los demás. Pero
aun así, la mejor manera de contribuir con el resto, es ser un buen ejemplo.
Transformarte
en un buen ejemplo implica que debes dedicar mucha energía en mejorar tú mismo,
a cada minuto, con mucha coherencia.
Un abrazo
Esteban
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